3, diciembre 2024
Las fintech, o empresas tecnológicas enfocadas en servicios financieros, llegaron para transformar la forma en que gestionamos nuestras inversiones. Estas plataformas, con su enfoque tecnológico, han convertido procesos tradicionalmente complejos en experiencias simples, accesibles y personalizadas. Destacan por ofrecer una experiencia de usuario más agradable al ser más sencillas y fáciles de usar, operar con costos menores que los servicios de inversión de los bancos tradicionales, y ofrecer buenos retornos de inversión. Desde su aparición en la última década, han democratizado el acceso a productos financieros, permitiendo que cualquier persona, sin importar su ubicación o nivel de ingresos, pueda invertir, ahorrar o acceder a crédito desde su celular, y todo a un menor costo.
En Estados Unidos, las fintech impulsaron una disrupción significativa en el mercado financiero. Aplicaciones como Robinhood, Betterment y Wealthfront demostraron que era posible ofrecer servicios de inversión sin las tradicionales barreras de entrada, como altos montos mínimos o comisiones elevadas. Su éxito no solo atrajo millones de usuarios, sino que también obligó a los grandes bancos a replantear sus estrategias. Instituciones como Goldman Sachs y Bank of America desarrollaron sus propias aplicaciones de inversión para competir con estas plataformas y satisfacer las demandas de sus clientes.
El caso chileno
Chile no ha sido ajeno a esta tendencia global. En los últimos años, el crecimiento de fintech locales que replicaron y adaptaron el modelo estadounidense ha generado una competencia que obligó a los bancos tradicionales a reaccionar. Instituciones como BTG Pactual, Larraín Vial, Banco de Chile y Santander han lanzado sus propias soluciones digitales para inversiones, conscientes de que no hacerlo significaría quedar rezagados frente a las necesidades actuales de sus usuarios.
Hoy, el mercado chileno vive un cambio evidente, los consumidores tienen más opciones y los bancos han mejorado sus plataformas digitales, aunque muchas aún no alcanzan los estándares exigidos. Este cambio, sin embargo, no habría sido posible sin el desafío que las fintech plantearon. Más que una moda, las fintech han redefinido el estándar en la industria financiera, obligando a los actores tradicionales a evolucionar en beneficio de todos sus clientes.
Florencia Concha – Analista de Inversiones