Es un hecho conocido que la industria inmobiliaria y de la construcción enfrenta una profunda crisis. Entre las principales razones atribuidas a este triste panorama, se destacan la dificultad para acceder a créditos, el alza en las tasas de interés, la inflación, el exceso de stock y los problemas para reunir el pie necesario para adquirir una vivienda.

El año 2020 se registró una abrupta caída en las promesas de venta inmobiliaria, principalmente por la pandemia y la crisis económica, que trajo consigo una disminución de inversiones que servían de sustento al financiamiento de la Industria. Sin perjuicio de que el año 2021 hubo una aparente recuperación, los años siguientes se mantuvieron en niveles sustancialmente inferiores al promedio de las décadas anteriores.

El año 2022 el mercado inmobiliario tuvo una significativa desaceleración, con una fuerte disminución en la compra y venta de propiedades en comparación al promedio de los años anteriores, según los datos constatados por el Índice de Precios de Vivienda publicado por el Banco Central en ese año. Durante 2023, el mercado de viviendas nuevas en la región Metropolitana alcanzó un mínimo histórico, incluso por debajo de los volúmenes registrados en 2020 durante la emergencia sanitaria, con 31 mil ventas (La Tercera). En 2024 tampoco se vieron mejoras: en el primer trimestre de 2024, la venta de viviendas retrocedió un 13%, alcanzando uno de los peores niveles de comercialización de la última década, mientras que en el segundo trimestre la oferta de viviendas registró un descenso del 2% respecto al mismo periodo del año anterior.

Las preocupantes cifras verificadas desde el 2022 hasta la fecha, se han traducido en una creciente desconfianza e incertidumbre en el sector, una disminución de la inversión y un aumento de procedimientos de liquidación y reorganización de empresas, que no han podido mantener la continuidad de su giro.

Mientras que algunos aseguran que las condiciones económicas y financieras no van a cambiar significativamente, hay opiniones más optimistas que afirman que el escenario va mejorar en el presente año.

Se espera que la venta de viviendas aumente en un 8%. Esta proyección se atribuye a distintos cambios en el contexto nacional: reformas a la Ley General de Urbanismo y Construcción, una recuperación gradual del mercado respaldada por una macroeconomía más estable, una menor inflación, un progresivo reajuste de stock disponible, mayor flexibilidad para acceder a créditos, tasas de interés más atractivas y los esfuerzos de las municipalidades por reformar los planes reguladores, la planificación urbana y recuperar espacios abandonados, atendiendo a la demanda habitacional.

Es indiscutible que el desafío persiste y que aún queda mucho por recorrer en el camino de recuperación de este sector. Sin embargo, un gradual ajuste en el mercado, las reformas legales, los esfuerzos municipales y una creciente flexibilidad en las condiciones de financiamiento, el sector inmobiliario y de construcción vislumbran expectativas más favorables para este 2025. De todas formas, es fundamental aprovechar estas oportunidades para concretar efectivamente estas mejoras, y frenar la catástrofe de esta industria.

En Alza vemos esta situación como una oportunidad para identificar proyectos inmobiliarios de calidad que enfrentan dificultades para acceder a financiamiento bancario o que no logran despegar debido a los altos requerimientos. Además, estamos constantemente en la búsqueda de soluciones financieras que aporten valor a las inmobiliarias, ya sea proporcionando liquidez para iniciar nuevos proyectos, financiando la compra de terrenos o brindando el respaldo necesario para que completen la comercialización de sus unidades a precios competitivos. Estamos convencidos de que, en 2025, se abrirá una gran oportunidad en el mercado de deuda privada, lo que nos permitirá apoyar a la industria inmobiliaria de diversas maneras, ayudándola a recuperar los niveles de actividad de años anteriores, lanzar nuevos proyectos y contribuir a resolver la actual crisis de vivienda.

Enzo Folch – Analista de Inversiones